Este 26 de mayo, celebrando el Día del Libro, estuve de visita en el Instituto María Auxiliadora (IMA) de Montevideo, invitado por la Maestra Directora Analia Vaucher.
Allí me recibieron los chicos de 4 º año, con su maestra Carolina Sictyes.
La maestra Carolina había leído a los niños, varios cuentos de mi libro “El Pájaro de los Hermosos Colores” y también algunos cuentos, aún en borrador, del libro que estoy preparando: “El Color del Hielo”.
La maestra me presentó y apenas estuve frente a los chicos, comenzaron con las preguntas que tenían preparadas.
Las primeras preguntas fueron tímidas y leídas de las páginas de los cuadernos, pero a medida que las fui respondiendo, nuevas preguntas surgieron de manera espontánea, una atrás de otra.
Algún niño distraído, volvía a preguntar algo que recién había respondido y la maestra se lo hacía notar, pero igual trataba de responderle, agregando algo a la respuesta previa.
Los chicos hicieron preguntas muy inteligentes y actuaron como periodistas profesionales.
Me preguntaron por mis libros, ¿Cuál fue tu primer libro? ¿Cuál el más largo? Y ¿el último? … Los personajes de aquel cuento… ¿son personas reales? ¿Cuántos países conoces? ¿Que otras cosas haces además de escribir?, ¿Te han hecho muchas entrevistas?, ¿Has estado en la televisión?, ¿Tienes familia?, ¿Cuántos hijos? Y así las preguntas, una detrás de la otra, sin una pausa.
Me preguntaron si había pintado cuadros, si había escrito cosas cómicas, si había dibujado caricaturas o historietas y hasta si había hecho dibujos animados…
Otro preguntó si escribía cuentos de terror, a lo que dije que no porque me daban miedo. Que prefería escribir cosas más alegres.
Entonces una niña de la primera fila dijo, -“claro, por eso escribe cuentos para niños”.
Me preguntaron ¿qué me interesaba más, ser entrevistado por adultos o por niños?
Les respondí que este tipo de entrevista, donde podía dialogar en directo con el público a quien iban destinados mis libros era sin duda mucho más valiosa que cualquier otra.
Un chico me preguntó entonces, si había intentado escribir un cuento que fuera la continuación de otro. Le respondí que aún no lo había hecho, pero esa pregunta me inspiraba a pensarlo.
Esa respuesta les resultó impactante y surgieron entonces varias preguntas relacionadas a componer personajes e historias y la niña de la primera fila preguntó: -¿Crees que esta charla de hoy te podría servir de inspiración para un libro?
Claro que sí, le dije. Tal vez no para un libro entero, pero al menos para un cuento, seguramente que sí.
La maestra intervino entonces y marcó el final de la entrevista.
Uno de los niños se acercó y me entregó una hermosa medallita de la Virgen, como recuerdo de la visita. Ya no más preguntas y si un aplauso cálido y generoso, que me llenó de regocijo.
Antes de partir me pidieron que les firmara autógrafos en cuadernos, hojitas y hasta en las manos de algún “fan”.
Fue un “Día del Libro” realmente disfrutable. Tuve oportunidad de estar en contacto con los niños, brindando todo lo que pude para que la charla fuera productiva y me enriquecí de inocencia y candidez.
Gracias chicos de 4º año del IMA, por tan grato momento.
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