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jueves, 15 de diciembre de 2011

Primer Premio en la Categoría Teatro Infantil, Premios Anuales de Literatura del MEC

Waldemar Fontes, ganador del Primer Premio en la Categoría Teatro Infantil, rubro inédito, por su obra: "Tres pingüinos y un elefante marino"



En jueves 15 de diciembre 2011, se realizó la ceremonia de entrega de los Premios Anuales de Literatura 2011, edición Bicentenario, en el Museo Nacional de Artes Visuales.


El evento contó con la presencia del Ministro de Educación y Cultura Ricardo Ehrlich, la Subsecretaria de Educación y Cultura María Simon, el Director Nacional de Cultura Hugo Achugar y la Coordinadora del Área Letras Virginia Lucas.
Escitores destacados y emergentes fueron distinguidos en este edición, que contó con más de 400 inscripciones y 60 distinciones.




Ver Reseña de la obra

Para quienes quieran conseguir el libro, lo pueden pedir en cualquier librería.  
Lo distribuye GUSSI y es de Editorial RUMBO.


Dice Sylvia Puentes de Oyenard : 
Waldemar Fontes ha integrado el paisaje antártico a su obra y ha proyectado la información con sentido lúdico. 
Tres pingüinos y un elefante marino se enmarca en esa idea y los títeres, género que han cultivado grandes figuras literarias, tienden puentes con todas las edades, especialmente con la infancia.
Esta obra, plena de afecto, promueve valores y permite al niño el ejercicio de la vida a través de los personajes.
Revalorizar un arte milenario es apuntar a la memoria de la humanidad y permitir el goce de los sentidos.



wafo mail: wfontes@montevideo.com.uy

sábado, 13 de agosto de 2011

Hablando de liderazgo en la radio

programa radial Cambio y Posibilidad en 1410 AM Libre

Hablamos de Liderazgo ...


Tercer programa de Cambio y Posibilidad en 1410 AM Libre Tercer programa de Cambio y Posibilidad en 1410 AM Libre
Invitado : Cnel Waldemar Fontes
Para escuchar online y/o descargar el audio tienes que hacer click en los siguientes links.
Escuchar online – Primera Parte

Escuchar online – Segunda Parte
19:24 / 19:24Download

Escuchar online – Tercera Parte


wafo mail: wfontes@montevideo.com.uy

miércoles, 13 de julio de 2011

Waldemar Fontes, entrevistado por Mecenas XXI


Veronique de Miguel, directora de Mecenas XXI una publicación digital destinada a promover las expresiones de la cultura iberoamericana contemporánea, entrevistó a Waldemar Fontes, en Buenos Aires.
Los invitamos a ver la entrevista:


El color del hielo from MecenasXXI on Vimeo.

viernes, 11 de febrero de 2011

La pingüinera

Historias de Marosa, la foca curiosa
por Waldemar Fontes
Como cada año en el mes de diciembre, la pingüinera de la isla Ardley estaba plena de actividad.
Desde que comenzaron a hacerse largos los días, las parejas de pingüinos habían comenzado a llegar y buscaban un lugar donde hacer su nido. Habitualmente hacen sus nidos en el mismo lugar cada año, pero como a veces algunos llegan más temprano o también porque se han formado parejas nuevas, el que llegó tarde pierde y debe buscar otro lugar.
-Así es la vida de pingüinos… explicó Borravino, mientras seguía contando. –Los pingüinos se habían ido cuando el invierno y la oscuridad se apoderaron de la Antártida y pasaron todo el año nadando por ahí o paseando sobre los témpanos que los llevaron a navegar lejos, pero cuando vuelve la época de aparearse, sienten el llamado de la naturaleza y desde todos lados, regresan a su pingüinera.
-¿Cómo encuentran de nuevo su lugar?, preguntó Marosa
-Es fácil, tenemos un instinto que nos guía… dijo Borravino, como si eso fuera algo que todo el mundo debería comprender.
Marosa lo quedó mirando y el pingüino siguió: -Los pingüinos comienzan a nadar en dirección a su pingüinera y se van encontrando con otros que son conocidos y así, entre todos, buscan el lugar por las marcas que ellos mismo dejaron abajo del agua. Desde muchos años antes, los padres y abuelos y sus antecesores fueron removiendo las algas, plantas y cualquier obstáculo que pudiera molestar para desembocar rápidamente sobre la costa, formando un camino seguro que solo ellos conocen y así saben que han llegado de nuevo a su hogar.
-¡Ah! Tenían un secreto entonces…
-Claro, pero no se lo cuentes a las focas leopardo ni a las orcas, porque sino, nos esperarán en el camino y se hartarán de comer pingüinos regresando a casa.
Los amigos se rieron, sabiendo que el secreto estaba seguro entre ellos, pero un chillido los asustó. Era Pipín el gaviotín, que desde el arrecife donde se posaba para lanzarse al mar en busca de kril, los había visto conversando y no quiso perderse la charla.
-¿De qué hablaban? Dijo a modo de saludo
-De la vida en las pingüineras, contestó Marosa, que quería seguir escuchando acerca de cómo vivían los pingüinos.
-¡Yo también quiero saber! Dijo Pipín, -Borravino, ¡cuéntanos!
El pingüino Borravino se sintió muy importante y no se hizo rogar. Así que siguió: -Como les decía, los pingüinos llegan cada año al mismo lugar y entonces buscan a su pareja, que es siempre la misma y cuando se encuentran se ponen muy contentos y enseguida se van por ahí a buscar el lugar del nido del año anterior o sino, a buscar un lugar nuevo, porque muy pronto la hembra pondrá huevos y necesitan un lugar donde incubarlos.
-Cuando encuentran el lugar, el macho acomoda las piedritas y deja el nido acogedor y listo para los huevos. Dijo Borravino
-¿Y qué pasa si a la hembra no le gusta el nido?, preguntó Pipín.
-El nido tiene que quedar bien prolijito, sino la hembra lo reta al varón y lo manda a buscar más piedras y se las hace acomodar hasta que quedan como un nido decente debe estar…
Marosa se sonrió, mientras pensaba: las “pingüinas” son muy listas, las focas deberíamos aprender de ellas…
Pipín, por su lado, se burlaba y criticaba a las “pingüinas”, diciendo que eran muy exigentes, pero Borravino lo cortó al preguntarle -¿Y cómo es con las “gaviotinas”?
Parece que con las “gaviotinas” ocurría algo similar, porque Pipín se hizo el distraído y siguió revoloteando.
-Para los primeros días de diciembre, ya comienzan a nacer los pichones, siguió Borravino, -En cada nido se ponen dos huevos que se empollan por unos 35 días. Mientras se empollan los huevos y cuando nacen los polluelos, los padres se turnan en el cuidado del nido y mientras uno se alimenta, el otro cuida las crías.
-La vida es muy activa en la pingüinera. Nunca se dejan de hacer cosas, porque apenas los pichones empiezan a caminar, los padres les enseñan a acercarse a la costa, mostrándoles el camino secreto que sus ancestros han construido bajo el agua. Los padres esperan ansiosos a que los pichones tengan su plumaje completo, porque solo así podrán lanzarse al mar a buscar comida por sí mismos…
Marosa escuchaba con gran atención, la historia de Borravino, pero Pipín, que nunca estaba mucho tiempo quieto, se había puesto nervioso y levantando vuelo, se despidió volando de nuevo a su nido.
Marosa buscó a Borravino para que le siguiera contando, pero éste ya se iba también. -¿Qué pasa Borravino? ¿A dónde vas?, preguntó la foca.
Y Borravino, le contestó, mientras se metía al mar, -Me tengo que ir, ¡Es mi turno de cuidar los pichones! Si no llego en hora, Borravina, me mata…
La foca, se rió. Comprendía muy bien la preocupación del pingüino. Sabía que no se iba solo porque su esposa lo fuera a rezongar, sino que Borravino era súper responsable., como todos los animales, cuando tienen pichones esperando por ellos…

martes, 1 de junio de 2010

Día del Libro 2010 - el Portal Ceibal te regala cuentos


En el Portal Ceibal, hemos recibido algunos obsequios, en nuestra breve historia.
Algunos grandes, otros pequeños; algunos coloridos, otros divertidos...

Para celebrar el Día del Libro, deseamos compartir con todos Ustedes la alegría de recibir tan bonitos obsequios y que puedan disfrutarlos como nosotros...
¿Imaginas qué habremos recibido? ¿Qué serán, esos obsequios? No te pierdas la oportunidad de averiguarlo.
Título: Te regalo un cuento
Área: Artística
Disciplina: Literatura
Autores: Mtra. Contenidista Ma. Cristina Zárate y Ma. Jimena de Freitas
Descripción: En el marco de la celebración del Día del Libro en nuestro país, se invita a disfrutar de cuentos aportados por usuarios del Portal.
Los han compartido para la divulgación en el mismo. Los autores han cedido sus derechos.
Mediante un obsequio desde la Comunidad podremos, grandes y chicos, acceder al maravilloso mundo de la imaginación y la creatividad.
Propósitos: Desarrollar formas de sensibilización, apreciación, valoración y disfrute ante los diferentes objetos y hechos artístico-culturales pertenecientes al patrimonio propio y de otros pueblos.
Sugerencias didácticas: A nivel de centro escolar, podrá gestionarse la Semana del Libro, con actividades diversas: docentes narradores en forma rotativa, la hora del cuento, invitar a familiares a compartir los cuentos de su infancia, creaciones colectivas de cuentos, selección de un autor para leer -en todos los grados-.
Para la comunidad, podrán impulsar clubes de narradores, recorrer bibliotecas barriales para fortalecer el gusto por la lectura en grandes y pequeños.
Fecha de publicación: 26/05/2010





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sábado, 20 de marzo de 2010

Libro para niños: El Color del Hielo

El Color del Hielo El Cuento “El Color del Hielo” que da nombre a este libro, obtuvo la Segunda Mención en el 6º Concurso de Cuento y Poesía, organizado por la Casa de la Cultura de la Intendencia Municipal de San José en 2008.

Pasajes de la Obra

... el glaciólogo, le dijo que incluso existía el hielo negro y Beatriz lo pudo comprobar cuando fue al glaciar y observó trozos de hielo que contenían piedras y tierra que venían siendo arrastradas quien sabe de donde y que quedaban si, de color negro.
Todas estas respuestas las iba anotando en un cuaderno y las analizaba.
Ya se estaba aburriendo de esas respuestas monocromáticas cuando un señor que hacía el monitoreo ambiental de la base, le dijo: -El color del hielo se aprecia según con los ojos con que se mire.
Esa respuesta le interesó. Entonces el señor explicó: -También influye nuestro estado de ánimo y lo que estamos pensando cuando miramos el hielo.
La invitó entonces a ponerse las antiparras que él usaba, que tenían un visor amarillo y observar el témpano que aún estaba en la bahía.
Beatriz comprobó que el matiz del azul se veía diferente mirando a través de ese vidrio que a través de sus lentes negros.
-Tiene razón, dijo Beatriz. -El color de las cosas es diferente según el color del cristal con qué se mire….
-Eso es un viejo dicho. Me alegra que lo hayas descubierto por ti misma.
Beatriz se rió. Estaba contenta porque seguía descubriendo matices de color .
El señor se puso de nuevo sus antiparras amarillas y se despidió diciendo: -No te detengas, sigue buscando y descubre el verdadero color del hielo.
Toda esa tarde pasó Beatriz observando los témpanos y revisando las notas de su cuaderno. En su cabeza, una paleta de colores giraba sin detenerse. En cada color que imaginaba, podía ver un trozo de hielo y sin embargo ninguno tenía el color que ella buscaba para sus cuadros.
...

Ver conferencia: El Color del Hielo, para la Semana de la Ciencia y la Tecnología 2015



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Twitter: @WaldemarFontes

Licencia de Creative Commons

jueves, 11 de marzo de 2010

Marosa la foca curiosa, en la revista Charona



Comenzaron las clases y reapareció Charoná, la Revista escolar, para todo el Uruguay
En este número de marzo 2010, "Marosa la foca curiosa", nos cuenta la historia "Cuestiones de género", muy apropiada para recordar el Día Internacional de la mujer.
En esta historia, Marosa y su amigo el pinguino Borravino, conversan acerca de los roles que desempeñan los seres de diferente género, concluyendo que hay muchas cosas que se pueden compartir, haciendo así la vida más agradable.



Pueden ver las historias de Marosa la foca curiosa en www.antarkos.org.uy/marosa
También la pueden encontrar en el Portal Ceibal
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sábado, 12 de diciembre de 2009

Autores uruguayos de literatura infantil y juvenil publicados entre 1993 y 2006

Literatura infantil y juvenil: ensayos críticos y fichas bibliográficas de autores nacionales
Autor: Profesora Dinorah López Soler
Editor PSICOLIBROS, 2007
ISBN 9974805341, 9789974805347
95 páginas
Literatura infantil y juvenil publicada entre 1993 y 2006 en Uruguay



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martes, 1 de diciembre de 2009

Pinturas de la muestra: Transmutación entre las nieves




Hola amigos
aquí pueden ver algunas escenas de la muestra de pinturas realizadas en este invierno 2009 en la Antártida.





Video




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viernes, 23 de enero de 2009

El Príncipe de Mónaco y el libro El Pájaro de los Hermosos Colores

El 6 de enero de 2009, el Príncipe Albert II de Mónaco visitó la Base Artigas en la Antártida y luego de conversar con los científicos y recorrer las instalaciones, pasó al comedor donde compartimos una merienda con él y la delegación que lo acompañaba.
Era el momento de intercambiar presentes, así que ¿qué mejor recuerdo de su visita que un libro de cuentos, inspirado en la Antártida?
Así fue que le regalé un ejemplar de "El pájaro de los hermosos colores", dedicado especialmente para la ocasión.
El Príncipe se llevó el libro de recuerdo asegurando que entiende bien el español y por lo tanto lo leería en los días siguientes, mientras continuaba su expedición.
El recorrido de viaje comenzaba aquí en la isla Rey Jorge y luego seguiría visitando los lugares más emblemáticos de este continente, como ser Patriot Hills, la Base Mc Murdo, la Base Vostok y el propio Polo Sur, en un recorrido que dura hasta fines de enero.


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martes, 8 de julio de 2008

2da. Mención en 6º Concurso de Cuento y Poesía, Casa de la Cultura de la Intendencia Municipal de San José

El Pasado 28 de junio de 2008, recibí la Segunda Mención en el 6º Concurso de Cuento y Poesía, organizado por la Casa de la Cultura de la Intendencia Municipal de San José.
La obra premiada fue "El Color del Hielo", un cuento para niños que dará nombre al libro en que estoy trabajando.
Es un cuento ambientado en la Antártida y cuenta la historia de Beatriz, un joven artista que obtiene una beca para pintar un enorme y blanco edificio en una base antártica.
El proyecto, que parecía simple, se hizo complicado cuando Beatriz se planteó la duda acerca de cuál era el color del hielo...
Algunos le dijeron que blanco, "de que otro color podría ser", pero ella se dio cuenta que había otras versiones y eso la condujo a una búsqueda que la hizo bajar a una grieta de un glaciar, observar témpanos flotantes y contraluces maravillosos que la hicieron descubrir un mundo nuevo.
Ya les contaré más, cuando esté por publicar el libro

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jueves, 8 de noviembre de 2007

La Amiga de Ojito


Este cuento obtuvo una Mención en el Concurso de Literatura Infantil y Juvenil organizado por la Editorial Amauta, con el apoyo de OCA Card y el Ministerio de Educación y Cultura.
Fue publicado en la antología de autores "Calidoscopio" (Editorial Amauta -1992) y en el "El Pájaro de los Hermosos Colores" (Rumbo Editorial - 2007).


La Amiga de Ojito (1992)

En una granja, en una casa rodeada de árboles, vivía un perro llamado Ojito.
Ojito era un cuzco todo de color blanco, petizo, de patas cortas, y con el rabo cortado bien cortito.
Tenía una particularidad que lo distinguía: su oreja izquierda y su ojo derecho, eran negros, contrastando con el blanco de su cuerpo, como si tuviera un antifaz... y justamente, de estas manchas, le había venido el nombre de Ojito.
Los dueños de la casa eran dos viejitos que vivían allí desde hacía muchos años, y que luego de criar a sus hijos, habían quedado viviendo solos.

Ese verano justamente, uno de sus hijos, iba a venir a visitarlos, y traería con él a su niña, la nietita de ellos
La niña se llamaba Mariana, y era una pequeña muy agradable. Era muy compañera de su padre y disfrutaba acompañándolo a todos lados, así que cuando él le dijo que irían a visitar a los abuelos se alegró mucho y le dio un gran abrazo y un enorme y ruidoso beso.
La casa de los abuelos quedaba bastante lejos así que deberían hacer el viaje en auto.
Fue un viaje rápido y placentero, y Mariana que era muy charlatana conversó todo el tiempo. El papá sonriendo la miraba con orgullo a cada rato.
Al llegar, tocaron bocina y los abuelos salieron corriendo a recibirlos. Los dos se alegraron mucho de verlos.
Después de muchos saludos y besos, recuperando el tiempo que habían pasado sin verse, salieron a dar una vueltita por el campo, el abuelo, el papá de Mariana y Mariana, tomada de la mano de su papá.
Recorrieron los montes de manzana y siguieron por el camino que bordeaba la cañada.
Llegaron hasta una lagunita que tenía un hermoso sauce llorón, y desde allí emprendieron el regreso.
Mariana era la primera vez que venía a la casa de los abuelos así que todo le llamaba la atención.
Iba muy contenta mirando todos los animales hasta que pronto un perro la asustó.
Ella no estaba acostumbrada a tratar con animales, y este perrito tan ruidoso, no le causó ninguna gracia.



El perrito ladrador, era Ojito, un perro que se tomaba muy a pecho su trabajo, y que al ver extraños, comenzó a ladrar...como lo hacía siempre.
Ojito, hacía varios años ya que tenía este puesto en la granja, y los abuelos estaban muy conformes con su trabajo, pues nadie cuidaba la casa tan bien como él.
Tan en serio se tomaba su trabajo, que de tanto vigilar y ladrar a los extraños, había quedado con una terrible cara de malo.
De todos modos, hasta ahora eso nunca lo había preocupado; sino más bien al contrario, se sentía muy orgulloso de su aspecto y de la forma en que asustaba a todo el mundo.
Pero esta vez cuando le ladró a Mariana y vio su reacción, no se sintió bien, no sintió el orgullo de otras veces. Sintió que esa niña tenía algo especial y le dio lástima haberla asustado.
En toda esa noche, Ojito no durmió bien. Pasó soñando. Soñó que corría por un parque lleno de niños que jugaban cada uno con su perrito.
Veía en el sueño como los niños disfrutaban la compañía de sus perros, y veía que los perritos también disfrutaban de la compañía de los niños.
Entonces soñó que se acercaba a un niño que estaba solo, y buscaba a un perrito que necesitara dueño... Muy confiado se acercó para ofrecerse, pero cuando el niño le vio la cara de malo que tenía, salió corriendo y lo dejó de lado, eligiendo en cambio a otro perrito muy simpático y juguetón que andaba por allí.
A la mañana, muy temprano, antes del amanecer, Ojito se levantó y preocupado, fue a contarle su problema a "Bataraza", una gallina de su confianza, que como él hacía muchos años que vivía en la granja... y además era un ave muy conocedora.



Una vez que Ojito le explicó el problema, Bataraza se sonrió, hizo una pausa y le dijo: -Mirá Ojito, yo siempre fui tu amiga y siempre te admiré por como cumplías con tu trabajo... pero también siempre pensé que deberías de ser un perro muy triste, porque de tan serio que querías ser, te estabas quedando sin amigos... Sin embargo yo sé de alguien que te puede ayudar.
Entonces, Bataraza le envió a Ojito a que fuera a verla a Misia Chela, la curandera.
Misia Chela era una señora muy vieja, que hablaba sin parar todo el tiempo y se sonreía por todo. Era muy conocida en la zona, porque sabía curar el empacho, el mal de ojo, la culebrilla y un montón de enfermedades más. Pero además, y eso pocas las personas lo sabían, sabía hablar el idioma de los animales.
Tenía la casa siempre llena de bichitos de toda especie, que justamente, venían a verla por las mismas enfermedades que tienen las personas, pues los animales también se enferman.
Ojito deseoso de agradarle a Mariana, se fue muy rapidito a verla Misia Chela, y ésta enseguida lo atendió.
Después de un rato de conversación sobre cosas sin importancia, llegaron a lo que le interesaba al perro, es decir encontrar la solución a su problema.
Misia Chela lo escuchó con mucha atención y luego se quedó un rato pensando. De pronto, se fue para la cocina y empezó a revolver cosas. Ojito la sentía que hablaba sola... hasta que volvió con una caja y le dijo: -Ya tengo la solución para vos... vos lo que precisás es un cambio de cara... o más que de cara, de expresión... y eso es muy fácil de lograr. Prestá atención a lo que voy a hacer...
Misia Chela sacando cosas de su caja con implementos de curandería empezó a decir:

Con unas hojas de ceibo y llantén
corto finito un buen salamín
y hecho aceite en este sartén
Unas gotitas de agrio limóm
van al terrero de mi jardín
y preparo el menjunje en este tazón
Para probarlo, cuento hasta tres...

Ojito miraba atento sin atreverse a hacer nada...
Una vez que terminó de hacer el preparado Misia, Chela le ordenó a Ojito que se lo bebiera y le dijo que esperara unos minutos para que surtiera efecto.
Mientras el perro bebía, Misia Chela terminaba su ritual diciendo bajito:

Lo juro por este hechizo
Si este perro petizo
no queda con cara de risa
me rompo en tres la camisa!

Ojito terminó de beber y no sintió nada especial, más ¡Oh sorpresa!, cuando se vio en el espejo que le acercó Misia Chela, una hermosa sonrisa le embellecía el hocico.
No podía creer que tanta dicha fuera cierta, y salió muy feliz del rancho, con su nueva cara.
Muy orondo, se fue al trotecito de vuelta a su casa, y todos los que lo conocían desde hacía tiempo, se asombraron al ver su nueva expresión.
El que más se asombró, fue el gato "Rascoso", que no era nada amigo de los perros, pues cuando se cruzaron ese día, por primera vez en muchos años, en vez de de ladrarle, Ojito con su mejor sonrisa, le dijo: -Buen día Rascoso...
Pero la preocupación de Ojito no era la de caerle bien a los gatos, sino la de caerle simpático a Mariana. Así que empezó a buscar la forma de poder hacerlo.
Esa tarde, la niña salió a jugar al patio con sus muñecas y de reojo lo miraba a Ojito, no fuera cosa que se le acercara.
Estaba paseando sus muñecas en el cochecito y de a poco, sin quererlo, se fue acercando a su cucha.



De repente, se encontró cara a cara con Ojito, y se asustó, pero vio que el perrito no le ladraba, así que se animó a acercarse un poco más.
Enseguida notó algo distinto: Ojito ya no solo no le ladraba como la otra vez sino que por el contrario se lo veía muy amable.
A Mariana, le pareció que Ojito en realidad no era tan malo, más bien le pareció simpático meneando su rabo cortado, y además esa expresión de su rostro... era tan agradable.
De a poquito entonces, Mariana y Ojito comenzaron a hacer amistad, primero Ojito empezó a hacer como que salía corriendo y volvía, invitando a la niña a jugar una carrera, hasta que ella lo comprendió y corrieron los dos unos metros.
Que feliz se sintió Ojito! Hasta ese día nunca había conocido un placer semejante, tan sencillo y tan grande a la vez, por fin podía jugar con los niños.
Esa tarde pasó volando para ambos, y cuando ya oscurecía Mariana tuvo que irse porque su papá la llamaba. Así que se despidió de su nuevo amigo, no sin antes prometerle que al otro día, muy tempranito volvería para jugar con él
El papá de Mariana quedó muy contento cuando la niña le contó como había hecho amistad con el perro, porque a él le encantaba verla feliz.
Esa noche Mariana se durmió temprano, cansada de tanto jugar, y Ojito se durmió feliz, contento de que tenía una amiguita.
Cuando amanecía Mariana se despertó con unos ladridos. Era Ojito que la llamaba a jugar. Enseguida se sentó en la cama, y con los ojos chiquitos del sueño se levantó. Medio dormida aún, salió hacía la cocina.
En la cocina, estaban su papá y el abuelo tomando mate junto al fuego, y los dos se sorprendieron cuando la vieron despierta tan temprano, pero la niña aclaró antes de que le preguntaran nada: -me levanté temprano para jugar con Ojito... y enseguida salió corriendo hacia afuera sin acordarse siquiera de que ni había tomado la leche.
Ese día jugaron y jugaron, corrieron por todo el patio y hasta se fueron corriendo hasta la lagunita donde estaba el sauce llorón, después, ya cerca del mediodía, volvieron hacia la casa, justo cuando el papá la salía a buscar para que viniera a comer.
Mientras comían, Mariana contó a su padre, y abuelos por donde habían andado y como habían jugado con Ojito. Todos la escuchaban encantados de verla tan feliz.
En ese entorno, se fueron pasando los días y pasó casi un mes.
Todo ese tiempo fue el paraíso para Ojito, pues Mariana se lo pasó jugando con él.
Ojito era un perro muy simpático, siempre lo había sido, aún antes de su cambio de cara, y Mariana disfrutó mucho estos días junto a él.
Un día después de almorzar, cuando ya se levantaban de la mesa, el papá llamó a su niña y le explicó que esa tarde iba a ir a hablar con un señor por un asunto de trabajo. Por lo tanto ella iba a quedar sola con los abuelos.
El señor con el cual el papá debía hablar vivía en una estancia un poco alejada de allí, así que iba a demorar un par de días en ir y volver, por lo que le recomendó que se portara bien y no hiciera ninguna pillería.
La abuela, no se hizo ningún problema por cuidarla, pues estaba encantada por como se portaba, además no tenía de qué preocuparse, porque Ojito se encargaba de todo.
Ojito le había enseñado a la niña un lugar donde jugar a la hora de la siesta, cuando el calor arreciaba, donde había una fresca sombra. Pero su papá nunca la dejaba jugar a esa hora, insistiendo en que hacía mucho calor, y era mejor acostarse un rato a descansar.
A pesar de eso, en estos dos días, la abuela como buena abuela malenseñadora, aprovechó para darle mañas a su nieta, y la dejó que se quedara toda la hora de la siesta jugando, a pesar de lo que su hijo le había encargado.
La abuela a cada poco rato salía a mirarla, y se volvía sin decir nada, pues la encontraba tan entretenida en sus juegos que no quería molestarla.
En este lugar, había un gran montón de arena, rodeado de piedras, y allí Mariana empezó a construir un castillo con unas tablas de cajones.



En este castillo -dijo- una vez que estuviera terminado, viviría una princesa.
Mariana, a medida que iba construyendo su castillo, le contaba a Ojito qué era cada cosa. Hizo una torre y le explicó que ahí viviría la princesa. Luego hizo una muralla, y le explicó que era para proteger el castillo de los dragones de los cuentos que siempre quieren atacar a las princesas.
Alrededor de la muralla, hizo un foso, y le dijo que cuando lloviera, se llenaría de agua, y así ningún dragón podría pasar, porque si lo hacía se mojaría la panza, y entonces se le apagaría el fuego.
También le explicó que para cuando pasara mucho tiempo sin llover, y el foso se secara, sería importante tener un perro guardián, que se encargara de ladrarle a los dragones, y que con sus ladridos alertara a los guardias de la princesa... - Ese perrito, podías ser tú... ¿No te parece Ojito?.
Ojito quedó muy contento con la propuesta de Mariana, y con un ladrido le confirmó que estaba de acuerdo.
Al atardecer del segundo día de ausencia, el papá de Mariana retornó de su viaje. Para este momento, ella ya había terminado su castillo.
Muy contenta, Mariana corrió a besar a su papá. En un segundo, le hizo toda la historia de lo que había hecho. Le contó del castillo, de la princesa y de Ojito...
El papá la escuchaba con atención, pero algo lo inquietaba.
Era que veía tan contenta a su niña que no sabía como decirle que había llegado el momento de partir.
Pero finalmente, no tuvo más remedio que decírselo: al otro día, de tardecita, partirían de vuelta para casa... y de ahí con destino a otro país, muy lejos, donde el papá tendría un nuevo trabajo.
Mariana al principio se entusiasmó con la idea, porque su papá se la presentó como una aventura, pero de pronto se dio cuenta de que tal vez no pudiera volver más a la casa de la abuela... ni tampoco verlo a Ojito... entonces quedó triste.
Al otro día, se levantó y se fue derecho a la cucha del perro.
Ojito ya había percibido el movimiento y notaba algo extraño.



Mariana le contó que se irían, y que tal vez ya no volvieran a verse.
Ambos, sin decir nada caminaron hasta el rincón de sus juegos, donde el castillo de la princesa aún se mantenía en pie y lo contemplaron con lástima.
- Es un hermoso castillo -Dijo Mariana- Sería una lástima que los dragones de los cuentos lo rompieran...
Ojito entonces, ladró con fuerza, como diciendo "No te preocupes Mariana, mientras que yo esté acá, ningún dragón tocará tu castillo".
Mariana lo miró y le sonrió con confianza, - Si ya sé Ojito, no me debo preocupar, sé que tú te vas a encargar de cuidar el castillo, después de todo, por algo fuiste nombrado Guardián de la Princesa...
La tarde pasó rápido, los preparativos para el viaje mantuvieron ocupados a todos los de la casa, hasta que llegó la hora de partir.
Las despedidas, siempre son feas, porque son tristes, por eso es mejor hacerlas rápido, para que duelan menos, así que el papá apuraba las cosas para terminar cuanto antes. Con el auto cargado y el motor en marcha ya, llamó a su niña. Ya estaba todo dispuesto para la partida.
Los abuelos estaban tristes y nadie hablaba. Mariana, subió al auto y cerró la puerta. El papá enseguida arrancó, y tomó por el camino rumbo a la carretera.
La abuela derramó una lágrima, y el abuelo le pasó un brazo por los hombros, llevándola de vuelta para la cocina.
Un ladrido de Ojito hizo asomar a la niña por la ventanilla.
Ella sacó la mano y saludó por última vez... antes de que el auto tomara la carretera para alejarse del todo.
El ruido se fue apagando hasta perderse... Todo quedó quieto.
Ojito, se fue para su cucha, y se echó. Desde allí podía custodiar el castillo donde vivía la princesa ...

-o-


Muchos años pasaron y un día una señorita muy coqueta llegó a visitar a sus abuelos.
Los abuelos, ya muy viejitos, pasaban el día en la cocina, recordando "sus tiempos".
En las paredes de la cocina colgaban un montón de cuadros y adornos que eran como una historia de su vida... En el centro de todos se destacaba un cuadro con una foto amarillenta.
Era la foto de un perrito blanco con cara de risa, sentado en la puerta de su cucha, vigilando muy atento un castillito de tablas...
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Waldemar Fontes
1992
mail: wfontes@montevideo.com.uy




El cuento "La amiga de Ojito" fue publicado en el libro "El Pájaro de los Hermosos Colores" (Rumbo Editorial, Montevideo, 2006) y puede ser descargado en PDF desde aquí

miércoles, 27 de junio de 2007

El Pájaro de los Hermosos Colores


Waldemar Fontes Publicó su Libro: "El Pájaro de los Hermosos Colores"
ISBN 9974-7970-7-1

El viernes 8 de diciembre de 2006, en la Sala Rusconi del Ateneo de Montevideo, se publicó el libro "El Pájaro de los Hermosos Colores" de Waldemar Fontes, presentado por la Dra. Sylvia Puentes de Oyenard, Presidenta de la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil y Juvenil (AULI)

Los cuentos que integran el libro recorren una temática, donde la relación entre el niño y sus mayores se traduce en un diálogo, que de manera sutil trasmite enseñanzas sobre temas que van desde la vinculación del ser humano con el medio ambiente, hasta la experiencia de un militar en misión de paz, descubriendo el lado humano de los conflictos, a través de la voz de un niño víctima de la guerra.

Es una obra recomendable...


Imágenes de la presentación del libro, en el Ateneo de Montevideo

Carmen Galluzo, Waldemar Fontes y Sylvia Puentes de Oyenard 

Waldemar Fontes, firmando ejemplares de su libro

Una vista del público asistente

 Carmen Galluzo, Waldemar Fontes y Sylvia Puentes de Oyenard 

 Carmen Galluzo, Waldemar Fontes y Sylvia Puentes de Oyenard 


Waldemar Fontes, escribe desde la década de 1980. En 1992, obtuvo una mención en el Premio Anual de Literatura Infantil y Juvenil organizado por la Editorial Amauta y auspiciado por el Ministerio de Educación y Cultura.
Tiene publicado en Internet su “Diario de anotaciones personales”, sobre la Misión de Paz de la ONU en Rwanda en 1994.
Ha colaborado con el Ateneo de Montevideo, desarrollando su sitio web y difundiendo sus actividades entre, 1996 a 1999.
Edita un boletín de Noticias de la Antártida, el cual se publica en Internet desde el año 2000.
Ha colaborado con el Proyecto Raíces en la realización de crónicas sobre la memoria del barrio de Colón, en febrero de 2006. En el 2007 se desempeñó como Jefe de la Base Científica Antártica Artigas, de Uruguay en la Antártida.


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